Tu obra está basada en la premisa de romper con esa mirada ortodoxa del cuerpo de las mujeres, que se tiene desde muchos campos visuales, y evidentemente históricos. Detrás de cada figura femenina que nos muestras, ¿hay una idea educacional hacia tus seguidoras? Búsqueda de la autoconfianza, de la seguridad en una misma, del confort…
Cuando empecé a dibujar mujeres con cuerpos no normativos fue para mí misma, estaba pasando por un momento de auto aceptación y de descubrir más profundamente el feminismo y mi forma de dibujar fue cambiando poco a poco. Empecé a incorporar adjetivos que siempre había visto “feos” en mí misma a mis dibujos y encontrarles belleza, y luego con las bellezas no normativas que iba viendo, de repente los dibujos que hacía me interesaban mucho más. Así que en realidad no hay una intención concreta para la gente que lo ve, pero si alguien conecta igual que yo, y le produce lo que a mí, le da más sentido a todo lo que hago.
¿Cómo son tus procesos de creación? ¿Te gusta que la obra “marque” sus propios tiempos? Cuéntanos cómo las abordas.
Depende de que trabajo, si hay un cliente de por medio o si es algo que es para mí. Si es un trabajo comisionado tengo un proceso claro que pasa por una fase de inspiración y búsqueda de sentido/formas en la que investigo alrededor de lo que voy a tratar, luego boceto, que esta fase puede durar muchísimo o tenerla en 10 minutos. Luego selección de bocetos (en este caso suele ser una pequeña lucha entre cliente y yo) y por último color, que aquí es donde pruebo muchísimas opciones, porque aunque en el boceto propongo ya un color, durante el proceso suelo cambiar de idea y querer probar otras opciones hasta que doy con la que me casa. Y ya por último producción, que dependerá de la técnica que hayamos elegido, esta parte es la más laboriosa pero también la disfruto mucho, es la que más tranquila hago.
Para mis trabajos personales el proceso es radicalmente diferente, ya que depende de la época tengo más o menos tiempo para dedicarle, y suele ser algo más espontáneo.
¿Hay algún color por el que tengas predilección a la hora de trabajar?
Azul y rojo, pero tampoco creo que me defina. Suelo decir rojo, aunque el azul está también muy presente. Pero realmente a mí la parte que más me representa es la de dibujar, y dibujo siempre en blanco y negro, y luego ya busco colores.
El dibujo siempre ha estado presente en tu vida y por ende en tus obras. Tú eres arquitecta de profesión, todo y que decidiste apostar por la ilustración como tu principal pilar profesional. ¿Cómo inciden conceptos arquitectónicos, por ejemplo, de espacio, composición y formas en tu obra?
Supongo que afecta en la composición de alguna forma, porque parte de mi aprendizaje viene de la arquitectura, pero creo que lo más me he llevado de mi trayectoria como arquitecta es a plantear y desarrollar proyectos. A buscar una necesidad y plantear una solución, y así crear algo coherente.
Medios internacionales como Vogue, Lenny Letter o Vice publican tus ilustraciones, tu obra cada día está más cotizada, tienes junto a tu hermana un proyecto de animación, Estudio Furia, y el año pasado levantasteis la persiana de Filipinas 5, un estudio-taller, que diriges junto a tu socia, la fotógrafa Andrea Savall. ¿Te has guardado algo para el futuro?
Sí claro, pero no lo sé aún ni yo. Cada vez que consigo algo que tengo en mente, me viene otra idea en sustitución. Es un poco agotador a veces pero bueno, soy así. Así que supongo que me vendrán nuevas ideas de como complicarme más la existencia. Pero desde luego me queda aún mucho camino a recorrer como ilustradora y directora de arte, y con Estudio Furia y Filipinas.
¿Qué es para ti una marca valiosa y qué cualidades debe tener?
Un marca valiosa para mí es aquella que apuesta por la creatividad y las personas que nos dedicamos a ella, y sobre todo que trabaje bajo los valores de la diversidad, el feminismo y la inclusión.
